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La empresa municipal de limpieza de Palma quiere despedir a un barrendero por criticar a la dirección

Barrendero limpieza Palma
Operario de la limpieza de la empresa municipal Emaya de Palma.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor OKDIARIO en Baleares, información local de Palma, social y política en general. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

La empresa de limpieza de Palma, Emaya, quiere despedir a un barrendero por criticar a la dirección por su gestión en un diario digital que este empleado dirige. La compañía presidida por concejal socialista de Medio Ambiente, Ramon Perpinyà, ya le ha abierto expediente sancionador pendiente aún de resolución final.

Se trata de un trabajador que lidera un portal digital en el que, haciéndose eco de una información de OKDIARIO sobre el blindaje de media docena de altos cargos de Emaya, se publicó una información en la que se afirmaba que «hace tiempo que el PSOE de Baleares se ha instalado en seguir los pasos de los anteriores gobiernos andaluces a los que se les ha conocido más por su corrupción que por sus logros».

En la misma línea, el digital del peón de la empresa municipal advertía de que «los trabajadores de Emaya que se juegan el próximo año, con un examen, su continuidad en la empresa no descartan movilizaciones, incluso escraches al alcalde José Hila y sus acólitos socios de gobierno, los directivos de Emaya y, por supuesto, a los cuatro sindicatos que son los perritos falderos que no sirven para nada».

Según Emaya, estas manifestaciones «no tienen nada que ver con la libertad de expresión y sí con falsedades, malos tratos de palabra y graves faltas de respecto a los trabajadores de la compañía, incurriendo con ello en dos incumplimientos laborales muy graves como son la descalificación y vejaciones contra trabajadores de la empresa totalmente identificados y falsedades e imputaciones totalmente desprovistas de razonamiento contra dichos trabajadores y contra la propia empresa».

La compañía critica también que el diario digital calificara a los directores beneficiados del acuerdo como «sinvergüenzas que no tendrán que hacer nada, simplemente habrán comprado mucha vaselina y serán afiliados al partido socialista», algo que, según la empresa, no puede ampararse en la libertad de expresión.

Para la dirección, los hechos relatados no pueden ser consentidos por la empresa, «no siendo tolerable que un trabajador de Emaya, haciendo uso de un medio de comunicación, vierta injurias, descalificaciones personales y falsedades con el fin de atacar personalmente a personas de la empresa, siendo que tales conductas podrían suponer la comisión de una falta muy grave según el convenio». En concreto, podría ser castigado con suspensión de empleo y sueldo de 11 a 60 días o con su despido.

Ha denunciado en dos ocasiones a Emaya y ha ganado

El empleado municipal, que ha denunciado en dos ocasiones a Emaya por otras cuestiones y ha logrado sendas sentencias favorables, rebate en el pliego de descargos las acusaciones de la dirección. Tras reconocer que dirige dicho portal digital, precisa que «no puede concluirse que fuese el autor del artículo, ni tuviera conocimiento del mismo con anterioridad a su publicación, por lo que no puede atribuírsele la autoría del artículo».

En cualquier caso, asegura que no debe olvidarse que «el derecho fundamental a la libertad de expresión ampara la divulgación de opiniones críticas, cuya finalidad no es faltar al respeto sino exponer el desacuerdo con la gestión de una empresa pública y la concesión de beneficios injustificados a determinados cargos directivos con la finalidad de que el público, en general, tenga conocimiento de los hechos y se forme su propia opinión».

Y en consecuencia, remacha, «el ejercicio de un derecho fundamental nunca puede constituir una infracción».

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